En el corazón de Belgrano R se extiende una de las calles más codiciadas de Buenos Aires: la Avenida Melián, que en sus cortos 800 metros, entre la calle La Pampa y las vías del tren Mitre, alberga algunas de las mansiones más emblemáticas y señoriales de Buenos Aires. Con una arboleda añosa de tipas, y una ancha calle de adoquines, Melián genera un microclima que transporta a Europa a cualquier transeúnte que circule por ahí. Pero el silencio elegante de esta avenida contrasta con la ebullición de unos jóvenes emprendedores argentinos que alquilaron una antigua casona del lugar para instalar el laboratorio de una startup que promete patear el tablero del e-commerce.
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Desde una ventana de una casa de estilo inglés cuelga una bandera pirata, que flamea al ritmo del viento que cada tanto recorre las calles del barrio. Por dentro, las paredes del inmueble exponen frases motivadoras escritas a mano, que hablan del espíritu inquieto y creativo que se respira. La startup argentina que pronto viajará a Silicon Valley no tuvo un comienzo acomodado: “Dejamos la universidad a la semana de empezar la carrera de Programación, nos echaron de casa y nos estábamos quedando sin plata cuando llegó el primer inversor”, recuerda Mateo Zárate, a LA NACION.
El joven de 20 años es uno de los fundadores de Melián, una app que integra en un solo espacio la oferta de moda de miles de boutiques, diseñadores independientes y grandes marcas, que llegó a ser la tercera aplicación de compras más descargada en la Argentina en 2024. “Desde el 2000 no hay disrupción en el marketplace; Mercado Libre y Amazon siguen dominando. Nosotros queremos hacer un cambio y ser el próximo Google, en el sentido del emblema que supone esa empresa”, señala Zárate a LA NACION desde la Hacker House, el inmueble que alquiló en Belgrano junto a sus socios: Santiago Ruberto, que con 19 años es el CEO de la compañía y Valentín Ratti, de 24 años, que es el CTO, el responsable técnico del desarrollo de los sistemas de información. “Estamos construyendo el futuro del comercio electrónico”, agrega Ruberto.
La plataforma, que hoy se prepara para escalar su operación y consolidarse en Estados Unidos gracias a la reciente obtención de US$2 millones en una ronda de inversión liderada por Hi Ventures, empezó a gestarse cuando estos jóvenes todavía estaban en el colegio. “La idea nació en 2022. La mamá de Santi es profesora de Literatura y quería que su hijo leyera un libro todos los meses. Empezó con historias de emprendedores, de startups y se encontró con una necesidad: cuando buscaba opciones para leer, tenía que abrir muchas pestañas al mismo tiempo», cuenta Zárate, y explica que él tuvo la misma experiencia cuando su mamá le pidió información y modelos de autos para poder cambiar su vehículo. “Ahí fue cuando dijimos, acá hay un problema 100% por resolver”, recuerda el emprendedor.
De estudiantes de secundaria a directores de una startup
Estos jóvenes emprendedores empezaron a analizar cómo crear una plataforma que curase el contenido para ahorrar tiempo a los usuarios. En concreto, querían generar un buscador que, conociendo los gustos y preferencias de los usuarios, y con solo una palabra, integrase toda la información que alguien puede necesitar para comprar ropa en una sola página web. “La idea es que no tengas que buscar en cada página de marcas de ropa o en Mercado Libre o Temu, sino que entres en Melián y encuentres la remera que estás buscando y luego te dirija directamente a las páginas que ofrecen esos productos”, explica Zárate, que detalla que durante esos años en la escuela secundaria Centenario aprovechaban el tiempo libre para aprender de programación.
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Pero la idea demoró su tiempo en concretarse. Luego de unos años de que se gestara, estos jóvenes terminaron el colegio y tocaba decidir qué rumbo tomarían sus vidas. Sabían que su trayectoria profesional no sería la tradicional, ya que querían continuar con su proyecto a toda costa, algo que a sus madres no les convencía, por lo que decidieron hacer un pacto con ellas: “Nos abocaríamos un año más a diseñar la plataforma, sin estudiar ninguna carrera; en ese tiempo, ellas nos seguirían apoyando económicamente. Si luego de ese año el emprendimiento no funcionaba, empezaríamos a estudiar en la universidad”, recuerda Zárate.
Durante el 2023 siguieron trabajando en el producto y estuvieron buscando alguna inversión. No tenían fondos para pagar los servidores, tampoco la publicidad. Santiago, con solo 18 años, viajó a San Francisco y empezó a tocar puertas, pero no consiguió nada. En ese entonces, Borja Martel, exdirectivo de Lemon Cash, anunció que destinaría varios millones de dólares para ayudar a otros emprendedores. “Viajamos a Buenos Aires y participamos en una primera ronda de inversión, pero hicimos todo mal; éramos muy chicos, no sabíamos cómo manejarnos en ese ámbito. Borja nos dijo que le interesaba, pero que todavía no era el momento”, recuerda Zárate.
Llegó enero del 2024 y los jóvenes no habían logrado su objetivo. “Santi y yo fuimos adolescentes irreverentes, rebeldes. Hicimos una semana de Programación en la UTN y dejamos la carrera. Y luego de eso, tal como habíamos acordado, nuestras madres nos echaron de casa. El papá de Santi nos recibió en la suya, pero teníamos solo US$1000. Comíamos arroz y no sabíamos cómo avanzaría todo”, recuerda Mateo.
Y unas tres semanas después, la historia dio un repentino giro en U: los jóvenes entrerrianos compartieron un video en redes sociales sobre la plataforma. Del otro lado, en algún punto del país, la filmación llegó a manos de Martel, quien se interesó nuevamente por su trabajo y les pidió una actualización del estado de la iniciativa. Así, un Santi más maduro viajó a Buenos Aires y, con la ayuda de Martel, consiguieron una inversión de US$40.000 de la mano también de Diego Pando, fundador de Brubank. El producto empezó a crecer y llegó a tener 80.000 usuarios en poco tiempo. Así, fueron llegando otras inversiones: en abril de ese año, Newtopia VC colaboró con fondos. Más adelante, Broom Ventures e inversores ángeles como Leandro Pisaroni (socio de Kalei Ventures) y Sullyen Almeida (socia de Monashees), se sumaron a la movida y brindaron más de US$615.000 al proyecto.
En septiembre del 2024 se mudaron a Buenos Aires, para poder seguir ampliando su red de contactos y conseguir más dinero que los ayudase a consolidar el producto. Y fueron sumando también integrantes al equipo: programadores, expertos en tecnología, entre otros. Fue en marzo del 2025 que conocieron a Federico Antoni, quien les daría el último impulso para poder escalar el producto al exterior. “Nos dijo, «yo viajo por el mundo buscando gente así». En tan solo 10 días, nos puso US$2 millones”, recuerda todavía sorprendido Zárate.
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“El uso innovador de la tecnología de IA por parte de Melián para resolver los problemas fundamentales del comercio electrónico es exactamente el tipo de avance que buscamos en nuestras inversiones”, comenta Jimena Pardo, socia directora de Hi Ventures. Y agrega: “Nos impresiona especialmente cómo su plataforma capta a los compradores con alta intención de compra en el momento del descubrimiento, lo que impulsa una mayor retención y unit economics (métricas financieras que muestran si un negocio es rentable o sustentable a nivel de una unidad básica de producto o servicio) más sólidas”.
Además, la nueva inversión permitirá a Melián mejorar su infraestructura tecnológica, ampliar sus capacidades de scraping de productos, perfeccionar sus algoritmos de búsqueda basados en inteligencia artificial y mejorar la precisión de los datos en tiempo real en todas las plataformas de comercio electrónico.
Lo que se viene
“San Francisco tiene a lo mejor de lo mejor en lo que hacemos. Si en Buenos Aires conociste a un emprendedor súper prestigioso, allá conocés a Elon Musk, es como jugar la Premier League”, explica Zárate, que cuenta que, desde febrero, están haciendo trámites para conseguir las visas de trabajo para ir a Estados Unidos. Hoy, la plataforma permite agregar cualquier e-commerce y todos sus productos al feed del usuario; también tiene habilitadas búsquedas en lenguaje natural, permite descubrir productos a través de imágenes y recomendaciones personalizadas, diseñadas para adaptarse al comportamiento de cada usuario.
Actualmente, trabajan en el producto que lanzarán en Estados Unidos. Decidieron cerrar la plataforma argentina, para concentrar sus energías en el desarrollo del producto que llevarán a Norteamérica. “Estamos hace 8 meses trabajando en eso, pero nos vamos encontrando con muchos temas culturales que hay que resolver”, explica Zárate.
Melián usa un motor de inteligencia artificial, creado por ellos mismos, que procesa la información de todos los sitios web y la condensa en su plataforma. La página no cobra comisiones a las marcas, ni necesita autorización de ellas para mostrar la información, ya que utiliza datos públicos. A largo plazo, todavía no tienen definido el modelo de negocio, pero creen que el uso de ads (anuncios publicitarios como se muestran en Instagram) puede ser una buena forma de monetizar.
A la pregunta de por qué viven y trabajan juntos en el mismo lugar, responde: “Hacer las cosas juntos hace más fácil todo. Se presta a que se te ocurran cosas; eliminás el tiempo de espera entre mensaje y mensaje, para tomar decisiones. Además, te anima a seguir trabajando, cuando hay cansancio o menos ganas. Desde que recibimos la primera inversión hemos avanzado codo a codo y, mientras sea posible y la infraestructura de la compañía lo permita, queremos seguir trabajando juntos”.