Ernesto Sanz: “Hoy el Gobierno debe empezar de cero porque nunca practicó el diálogo sincero”

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Sanz calificó la gestión de Gobierno:

El exsenador nacional por Mendoza y expresidente de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz, lanzó una dura advertencia sobre el presente y el futuro político de la Argentina tras la dura derrota de La Libertad Avanza en las recientes elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires.

En una extensa entrevista en el programa de la mañana de Infobae en Vivo, Sanz desmenuzó las consecuencias de la caída electoral del oficialismo, criticó la gestión de Javier Milei calificando su gobierno como “de improvisación, amateurismo y mediocridad”, y sostuvo que el país enfrenta un escenario de «debilidad “ que exige la construcción de una alternativa política sólida para las próximas elecciones nacionales.

Por ello brindó un contundente mensaje electoral con respecto a los últimos comicios legislativos: “El domingo a la noche me fui a dormir muy angustiado después de escuchar los dos discursos, el de Milei y el de Kicillof: si estos dos discursos y las figuras que representan van a ser la única opción de la sociedad argentina en el 2027, el sistema democrático está rengo, está débil. O sea, hay que construir otra alternativa“, resumió.

En diálogo con los periodistas Gonzalo Sánchez, Federico Mayol y Cecilia Boufflet, Sanz apeló a su experiencia en el Congreso y en la gestión radical para advertir: “El sistema democrático argentino está en uno de sus momentos más frágiles desde 1983”.

Al comparar la coyuntura actual con la vivida en 2018, cuando él formaba parte de la coalición de Juntos por el Cambio bajo el liderazgo de Mauricio Macri, subrayó los contrastes en el modo de ejercer el poder. “En 2018, existía una verdadera coalición parlamentaria, donde el PRO, el radicalismo y la Coalición Cívica actuaban con unidad de criterio y acción. Esa fortaleza permitía al Poder Ejecutivo negociar y descansar algunas decisiones en el ámbito legislativo”, recordó. A diferencia de esa etapa, describió el presente como un escenario de “presidencialismo aislado”, sin el respaldo de una mayoría propia y sin prácticas de diálogo.

Sanz enfatizó que la firma del pacto fiscal con los 24 gobernadores en 2018 –al que definió como “obra artesanal”– fue posible solo con una fuerte vocación de consenso y articulación política. “Hoy el Gobierno debe empezar de cero, porque nunca practicó el diálogo sincero. Siempre fue la imposición de más y nunca la construcción conjunta”, sentenció.

Consideró que la reciente conformación de grupos como Provincias Unidas revela, sobre todo, “un mecanismo de defensa de muchos gobernadores frente al unitarismo fiscal de la Nación”, antes que un proyecto político alternativo. “Hay un cansancio de la imposición y del ninguneo”, dijo.

Los gobernadores y la construcción del diálogo perdido

Profundizando en las transformaciones del mapa político provincial, Sanz señaló: “Los actuales gobernadores han consolidado modelos autónomos en sus distritos, pero no quieren quedar aislados del resto del país. Cuando se juntan Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, más la Patagonia con actores como (Ignacio Torres), se expresa el peso real de la economía argentina. Sin embargo, el Gobierno de Milei no lo percibe, encerrado en su lógica fiscal”.

Y añadió: “Es fundamental entender que todos los gobernadores, sean oficialistas u opositores, vienen de modelos productivos que hoy atraviesan dificultades estructurales como despidos, caída del consumo y empresas en apuros. El gobierno nacional no puede desconocer esta realidad”, agregó.

El dirigente radical consideró que el manejo de las relaciones interjurisdiccionales está “en su punto más bajo” y que “la parálisis institucional bloquea la discusión de temas centrales como la coparticipación”. Además, aludió a la ineficacia de tramitar esos problemas exclusivamente en el Congreso: “Probar sacar una ley hoy sobre coparticipación es un laberinto interminable. Y, si llegás a lograrlo, el Gobierno tiene la facultad de vetarla. El resultado es parálisis”.

Presidente rodeado, funcionarios ausentes y el rol de Guillermo Francos

En la entrevista, Sanz visualizó un Ejecutivo “absolutamente presidencialista, centralizado, con un presidente que parece tomar todas las decisiones incluso en materia económica”. Con ironía, confesó: “Me encantaría ser una mosca en la pared y escuchar las reuniones de Milei con el equipo económico. Mi impresión es que muchas veces él las decide solo y su equipo simplemente asiste”.

Esta centralización es, para Sanz, la semilla de los abusos de instrumentos como los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU): “Ganar tiempo y evitar consensos es lo que está detrás del uso sistemático del DNU”. Y advirtió que el encierro presidencialista genera síntomas de deterioro institucional y aleja las políticas de Estado de una visión colectiva.

Consultado sobre la ausencia de referentes de peso en áreas claves, Sanz opinó que el único funcionario que ha tendido puentes genuinos con las provincias es Guillermo Francos, jefe de Ministros. “En los últimos meses, el Gobierno parece un monograma: todos los caminos conducen a Francos. Eso habla del resto de las dificultades de la gestión política. Francos asume, en la práctica, las tareas de ministro del Interior y de jefe de Gabinete. No tener un verdadero ministro del Interior en Argentina, con 24 provincias, es inentendible e irresponsable, es el que tiene que estar las 24 horas con el teléfono abierto para los gobernadores, buscando aunar criterios, limando asperezas y evitando que avancen las crisis. Sin ese canal, los gobernadores devienen islas y el país se vuelve ingobernable”, explicó.

Sanz destacó el rol de Guillermo Francos como el único funcionario oficial que se acercó a dialogar con los gobernadores provinciales

Sanz también se refirió al peso desproporcionado de figuras sin trayectoria institucional en el entorno presidencial: “Cuando uno observa que las dos personas de confianza del presidente son su hermana Karina Milei, sin experiencia política, y Santiago Caputo, un consultor electoral, lo que salta a la vista es la improvisación, el amateurismo y la mediocridad. Esas son palabras duras, pero necesarias. Un país no se gestiona solo por una burbuja de confianza personal ni por la gestión de redes sociales”.

El exsenador afirmó que el gobierno debe sostenerse sobre equipos robustos y profesionalizados: “Puede haber uno o dos amateurs, pero no pueden ser la base de la gestión. Sin rumbo, compromiso y comunicación efectiva, no hay chances de éxito. El país no resiste más fracasos”.

Además, Sanz aprovechó para plantear la cuestión de fondo: “Más allá del destino electoral de Milei, la Argentina necesita nuevos liderazgos y una tercera vía que supere la polarización. Los discursos de Milei y Axel Kicillof el domingo fueron la muestra de un sistema político empobrecido, de alternativas cerradas que atentan contra la vitalidad del sistema democrático”.

Durante uno de los pasajes más picantes de la entrevista en Infobae en Vivo, el exsenador aludió al comportamiento del peronismo tras la derrota del oficialismo en Buenos Aires: “El domingo mostró su faceta bondadosa, con Kicillof ofreciendo diálogo al presidente como un símbolo de institucionalidad. Pero el peronismo, cuando huele sangre, deja atrás la cordialidad. Es una regla histórica del poder en la Argentina. Lo que empieza a percibirse es un cambio de clima, una tensión que irá escalando de aquí a 2027”.

Y recordó, como antecedente, los días turbulentos tras la elección de medio término de 2017: “Fue buena para Juntos por el Cambio, pero en diciembre, al debatir la reforma previsional en el Congreso, las cosas se salieron de cauce rápidamente. El poder es volátil: se construye con un triunfo electoral y puede derrumbarse en semanas si no hay gestión política”.

El exsenador nacional enfatizó en que hay que encontrar una nueva alternativa política entre la polarización Milei-Kicillof

Agregó también que los ruidos por denuncias de corrupción y contradicciones dentro de la coalición de gobierno alimentan el recelo y el escepticismo social: “No hay clima de confianza, y en ese contexto una mesa de diálogo será muy difícil”, alertó.

En su repaso, Sanz fue enfático en el diagnóstico: “El Gobierno de Milei no está fuerte, tiene muchas internas. Hay una parte de la sociedad que lo votó, que ahora, pareciera, que no está dispuesto a acompañarla y no está fuerte en el sistema institucional ni con los gobernadores ni con el Congreso». Pero aclaró: “Soy uno de los tantos argentinos que lo que quiere es que a este Gobierno no le vaya mal. Yo ya he vivido muchos fracasos y, ojalá, que el Gobierno pueda encontrar el rumbo».

No obstante, Sanz evitó sumarse a quienes consideran que la caída electoral augura un declive imparable del oficialismo: “No creo que el Gobierno vaya a perder todas las semanas de aquí a octubre. Puede haber recuperación, porque las dinámicas provinciales son distintas y el electorado argentino es volátil. Pero el dato central es que el Gobierno muestra debilidad y necesita reinventarse”.

Por último, Sanz instó a los partidos, dirigentes y la sociedad civil a no resignarse a la polarización. “El país necesita un Estado de derecho fuerte y diálogo federal, no un sistema rehén de dos polos extremos. Cada vez que se agota el diálogo, lo que viene es crisis”, vaticinó.

La entrevista completa con Ernesto Sanz

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