Memorias de la Billie Jean King Cup: Mercedes Paz y Florencia Labat llegaron lejos como jugadoras y hoy lideran el sueño argentino

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De izquierda a derecha, Mercedes Paz, Adriana Korn -capitana- y Gabriela Sabatini durante la edición 1986 del torneo (Crédito: Set de Lectura / Eduardo Puppo)

La Selección Argentina de tenis femenino tiene por delante un nuevo desafío en la Billie Jean King Cup, en Córdoba, frente a Suiza y Eslovaquia. El objetivo de Las Guerreras es claro: apoyadas en la localía, el polvo de ladrillo y la altura de la provincia mediterránea, buscarán meterse en la pelea por el pase a los Qualifiers 2026 del máximo certamen por equipos del tenis femenino.

En la historia de esta competencia, iniciada en 1964 bajo el nombre de Federation Cup, hubo dos momentos que quedaron marcados en la memoria del tenis nacional protagonizado por mujeres: fueron las semifinales alcanzadas por Argentina en 1986 y 1993.

Dos de esas jóvenes que ayer soñaron en Praga y en Frankfurt, hoy transmiten su experiencia, sus recuerdos y su pasión a una nueva generación. Y reviven la historia de aquel momento del tenis femenino argentino.

Mercedes Paz -capitana- y Florencia Labat -subcapitana- integraron los equipos que compitieron en esas únicas instancias en que la bandera celeste y blanca estuvo entre las cuatro mejores del mundo.

“Me acuerdo perfectamente, porque fue una serie muy especial”, dice Mecha sobre la primera de esas ocasiones, y evoca: “La gente estaba ansiosa por ver a Martina Navratilova, que si bien era checa, llegó a Praga representando a Estados Unidos junto con Chris Evert. Eran la número 1 y 2 del mundo en ese momento”.

Aquel 1986 quedó grabado como un hito. El equipo fue dirigido por Adriana Korn y lo integraron Gabriela Sabatini, Mercedes Paz y una jovencísima Patricia Tarabini, reciente campeona junior de Roland Garros. En aquel momento, la competencia se disputaba en una sola sede, por grupos y en una sola semana.

Las chicas argentinas tuvieron un gran rendimiento y vencieron a Uruguay (3-0), a Corea del Sur (2-1) y a Austria (3-0), para llegar a disputar las semifinales ante el conjunto local, Checoslovaquia.

“Yo perdí en tres sets contra Helena Sukova (1-6, 6-3 y 6-3) y Gaby no pudo con Hana Mandlikova (cayó por 6-2 y 6-4)”, recuerda Paz sobre la serie.

Sabatini tenía 16 años la primera vez que Argentina alcanzó las semifinales (Crédito: Set de Lectura / Eduardo Puppo)

“El marco fue inolvidable para nosotras. La cancha estaba llenísima, porque significaba el regreso de Navratilova a su país, Checoslovaquia, que todavía era comunista. Éramos muy chicas, no teníamos tanta experiencia y el dobles terminó dándonos un premio consuelo”, agrega la tucumana.

Ese año, Sabatini -con apenas 16 años- ya era Top Ten del mundo, y la conexión entre ambas era total. “Gaby y Pato (Tarabini) jugaban bien a la pelota con los pies y entraban en calor haciendo fútbol-tenis. A la gente le encantaba eso. Éramos un equipo muy joven y con mucha proyección”, recuerda Mecha.

La derrota ante las locales no empañó la actuación. “Ahora, con el tiempo, decís: ‘¡Qué performance que tuvimos!’. Este tipo de competencias son distintas, te movilizan, porque dejás de jugar por vos para hacerlo por tu país”, reflexiona.

Esa semifinal en el Stvanice Stadium, sobre polvo de ladrillo y con siete mil espectadores, tuvo de todo. “Empecé jugando muy bien, gané claramente el primer set, pero luego perdí. Gaby, ya con mucha presión, tampoco pudo mostrar todo su potencial, y el dobles nos dio el único punto que pudimos conseguir en la serie”, rememora Paz.

Siete años más tarde, en 1993, llegaría el segundo gran capítulo de esta historia. Esta vez en Frankfurt, y frente a Australia. Sin Sabatini, el equipo estuvo integrado por Florencia Labat, Inés Gorrochategui y Patricia Tarabini, bajo la conducción de Jorge Todero.

Gorrochategui superó a Michelle Jaggard-Lai por 6-4 y 6-2. Luego, Labat cayó ante Nicole Bradtke por 1-6, 6-2 y 6-2. En el dobles, Gorrochategui y Tarabini fueron derrotadas en una batalla frente a Liz Smylie y Rennae Stubbs por 4-6, 6-2 y 6-3.

“Perdimos esa semifinal de manera muy ajustada. Fue una pena. Siempre tuvimos buenas actuaciones y nos iba bien”, dice Florencia Labat.

Y suma: “Estando afuera de la cancha también es algo especial. Que ahora se juegue en Córdoba es muy importante para las chicas. Les tocó Suiza y Eslovaquia, así que son lindos partidos para competir”.

Mercedes Paz, capitana del equipo, junto a Julia Riera, la jugadora con más presencias en la Billie Jean King Cup (Fuente: Prensa AAT)

En Córdoba, este fin de semana, la subcapitana confía en el poder del entorno. “La ventaja de ser local en polvo de ladrillo las va a ayudar. Ojalá sea una buena serie. Estoy segura de que así va a ser”, dice.

Mercedes Paz retoma: “Estas competencias son más movilizantes que cuando jugás para vos. No importa en qué año o en qué época: siempre fue igual. La única diferencia que encuentro a cuando jugamos nosotras, es que hoy tienen todo un cuerpo técnico muy profesional que apoya a las jugadoras y eso ayuda muchísimo a fortalecer el espíritu de equipo”.

Son otros nombres, y hay más tenistas en el plantel, pero el espíritu de Las Guerreras es el mismo que movió a Mecha y Flor en sus sueños de juventud.