Los incidentes que derivaron en la cancelación del partido entre Independiente y la Universidad de Chile, por la vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana, repercutieron en toda la región. La Confederación Brasileña de Fútbol se expidió con dureza al respecto esta mañana, pidiendo “sanciones ejemplares”, pero por la tarde sorprendió al rectificar sus opiniones en otro comunicado.
En esa primera manifestación, la entidad del vecino país repudió los hechos e instó a que “los aficionados, deportista o profesional del espectáculo deportivo deben ir a presenciar un partido sin debe temer por su integridad física al ejercer su derecho a participar o presenciar un partido de fútbol”.
Luego exigió una resolución ejemplar con los responsables: “La CBF reafirma su compromiso con la promoción de un fútbol seguro, inclusivo y pacífico. Solo con sanciones ejemplares y acciones concretas será posible erradicar la violencia en los estadios y preservar la dignidad del deporte en nuestro continente”.
Sin embargo, por la tarde el organismo rector del fútbol brasileño aclaró que su presidente, Samir Xaud, no había autorizado el comunicado matutino. “La nota publicada esta mañana fue divulgada sin la anuencia del presidente de la entidad, quien ya estaba en diálogo directo con la Conmebol y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) sobre el incidente”, se esgrimió.
El escrito también lamentó los hechos violentos y aclaró que relación “con la AFA siempre ha estado guiada por el respeto, la admiración mutua y un compromiso compartido con el fortalecimiento del fútbol en nuestra región”.
Además, subrayó el compromiso con la Conmebol para “erradicar la violencia en el fútbol, así como cualquier forma de discriminación en los estadios, uno de los pilares de la actual gestión”. “Episodios de violencia como estos ocurren en otras partes del continente, incluido Brasil“, aceptó el segundo comunicado tras las críticas que recibió la entidad. Es que la CBF también quedó bajo la lupa en las últimas temporadas por el trato a los visitantes que viajan al país. El último ejemplo fue el de la parcialidad de Godoy Cruz, que la pasó mal en su excursión a Belo Horizonte para enfrentar a Atlético Mineiro.
Los violentos episodios en el partido cancelado entre Independiente y la Universidad de Chile comenzaron cuando un grupo de los hinchas visitantes, que se ubicaron en la segunda bandeja, comenzaron a arrojar objetos contra los del Rojo, que estaban abajo.
Si bien se llamó a que se terminaran los incidentes para poder completar el encuentro, el clima hostil continuó y luego de dos minutos jugados en el segundo tiempo el juez suspendió el cotejo y los futbolistas se fueron al vestuario.
Se planteó una espera de 20 minutos para ver si se podía reanudar el juego, pero la situación se descontroló por completo cuando la barra de Independiente se metió en la grada visitante, donde quedaban pocos hinchas trasandinos, que fueron agredidos.
El enfrentamiento dejó a un centenar de detenidos y al menos 12 heridos, dos de ellos en estado crítico. Uno de los casos más graves corresponde a un ciudadano chileno de 33 años, quien resultó con lesiones severas tras caer de una tribuna y permanece internado e intubado en el Hospital Fiorito. Estas cifras dan cuenta de la magnitud de los incidentes y del riesgo al que se expusieron los asistentes al evento.
La Conmebol, por su parte, anunció la apertura de una investigación para determinar sanciones y condenó enérgicamente los hechos. Además, avisó que actuará con la mayor firmeza, de acuerdo con el reglamento de la Comisión Disciplinaria.
El segundo comunicado de la CBF
“La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) informa que la nota publicada esta mañana en su sitio web y en sus canales digitales sobre los episodios de violencia en el estadio de Avellaneda fue divulgada sin la anuencia del presidente de la entidad, quien ya estaba en diálogo directo con la Conmebol y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) sobre el incidente.
La CBF lamenta la forma como se realizó la publicación, pide disculpas por cualquier malentendido y reafirma su confianza en las medidas que se han discutido conjuntamente entre las entidades, a fin de evitar la repetición de incidentes similares.
Lamentablemente, episodios de violencia como estos ocurren en otras partes del continente, incluido Brasil. Por lo tanto, creemos que el diálogo entre las entidades nacionales debe ser constante, transparente y cada vez más intenso, con énfasis en la prevención y la creación de entornos más seguros para todos los involucrados en el espectáculo deportivo.
La CBF siempre ha mantenido una relación amistosa con las demás entidades del fútbol sudamericano, dejando de lado las rivalidades y trabajando juntos por un mejor fútbol.
En particular, la relación entre la CBF y la AFA siempre ha estado guiada por el respeto, la admiración mutua y un compromiso compartido con el fortalecimiento del fútbol en nuestra región.
Estamos juntos y plenamente comprometidos, junto a la Conmebol, en la tarea de erradicar la violencia en el fútbol, así como cualquier forma de discriminación en los estadios, uno de los pilares de la actual gestión».