Violenta escena en una escuela de Córdoba: un alumno le arrojó agua hirviendo a un preceptor

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El colegio y las familias decidieron preservar la identidad de los involucrados para proteger la dignidad de menores y personal escolar

Un episodio de violencia escolar en el colegio San Buenaventura de Río Cuarto, en la provincia de Córdoba, generó alarma dentro de la comunidad educativa y encendió el debate respecto a la convivencia en los ámbitos escolares. El incidente involucró a un alumno de sexto año que, en medio de la jornada escolar, le arrojó agua hirviendo a su preceptor y le causó lesiones leves en el cuerpo más la necesidad de iniciar tratamiento psicológico.

La agresión se produjo el miércoles de la semana pasada, aunque la noticia se conoció en las últimas horas tras la publicación de un comunicado oficial por parte de la dirección del establecimiento.

Tanto la institución como los familiares resolvieron preservar la identidad del estudiante y del docente para cumplir con las exigencias legales estipuladas para proteger la dignidad de menores de edad y personal escolar.

El hecho, según consta en la información difundida este lunes por el colegio, movilizó profundamente a docentes, autoridades y alumnos. En el mensaje institucional, reflejado por la agencia Noticias Argentinas, dirigido a la comunidad, expresaron: “Como Comunidad Educativa queremos compartir que hoy nos encontramos muy movilizados y ocupados en cuidar a cada uno de los miembros de nuestra Escuela. Por ello, deseamos clarificar algunas versiones que han comenzado a circular en relación con un hecho puntual ocurrido dentro del Establecimiento entre un alumno y un preceptor”.

El texto oficial detalla: “Corresponde precisar que se trató de un episodio en el que un estudiante arrojó agua caliente sobre un preceptor, situación que fue atendida y contenida por las autoridades de la Escuela. En este momento, continuamos trabajando institucionalmente con las partes involucradas y todos los actores de nuestra Institución”.

La gravedad del ataque derivó en dos consecuencias inmediatas: el preceptor alcanzado por el líquido, tras recibir atención médica, optó por dejar de asistir a la escuela y permanece bajo tratamiento psicológico.

Por otra parte, el estudiante, menor de edad, recibió una suspensión de tres días y se determinó su cambio de división, decisión adoptada por las autoridades en línea con los protocolos internos.

A la mañana siguiente de la difusión del caso, en el ingreso del colegio aparecieron carteles en apoyo al docente agredido. Las consignas reclamaban que la escuela aplique sanciones disciplinarias más severas para el estudiante involucrado, indicó el El Doce TV. Familias y colegas del preceptor manifestaron el impacto que tuvo el episodio entre los integrantes de la comunidad educativa, y subrayaron la tarea de contención de las autoridades.

El mismo comunicado recalca la importancia de la confidencialidad y el marco normativo dispuesto en la Ley 26.061 y demás normas locales, que prohíben la difusión de todo dato, imagen o referencia que pueda identificar directa o indirectamente a los involucrados “cuando ello pueda afectar su dignidad o buen nombre”. Por esa razón, la institución instó a medios, redes sociales y familias a no difundir nombres, cursos, fotografías, audios ni detalles reveladores sobre el alumno o el docente.

El pedido de respeto hacia la totalidad de la comunidad educativa atravesó todo el pronunciamiento institucional, que advirtió: “Pedimos, asimismo, respeto hacia toda la comunidad educativa, que afronta con dolor y profesionalidad este episodio y continúa con su tarea educativa con normalidad”.

De igual forma, agradecieron a las familias que esperaron información oficial del colegio y a los periodistas que “actúan con responsabilidad en la protección de niños, niñas y adolescentes”.

La dirección de San Buenaventura sostuvo que el episodio constituye una oportunidad para renovar el camino del diálogo, “de la paz y del bien”, apelando que estas eran las enseñanzas de San Francisco. En paralelo, destacó la reacción de contención, el seguimiento y el abordaje institucional tanto de la víctima como del alumno involucrado y sus familias.