Una multitud de peregrinos se movilizan en Salta por la fiesta del señor y la virgen del Milagro

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Los devotos caminan desde las distintas regiones hasta la Capital provincial (Foto: El Tribuno de Salta en X)

Miles de personas de diferentes localidades de Salta y provincias cercanas recorrieron largos trayectos para participar en la celebración del Señor y la Virgen del Milagro, una de las manifestaciones religiosas de mayor convocatoria en el norte argentino. Durante varias semanas previas al 15 de septiembre, fecha de la misa principal, los fieles emprendieron el viaje a pie, motivados por su devoción y promesas. El arribo de las columnas de peregrinos impacta la dinámica urbana, generando un ambiente de recogimiento, movilización masiva y organización comunitaria.

El creciente flujo de visitantes obligó a la administración local a diseñar un operativo especial para garantizar la seguridad, la salubridad y la correcta circulación en la Capital de Salta. De acuerdo con la información divulgada por la Municipalidad, la ciudad implementa desde el viernes 13 de septiembre un esquema vial y logístico que contempla el cierre de calles, la designación de espacios de descanso y atención médica, además de la colaboración interinstitucional para acompañar el ingreso de las columnas provenientes de los Valles Calchaquíes, la Puna y la zona sur provincial. La concentración se intensifica particularmente en cercanías de la Catedral Basílica, epicentro de la festividad y punto final del recorrido para la mayoría de los participantes.

La devoción traspasa edades y sectores sociales. Desde adultos mayores hasta niños y adolescentes se suman a la travesía, portando estandartes, imágenes religiosas y banderas. El fenómeno se expande más allá de la capital, involucrando a las comunidades del interior, donde los fieles organizan caminatas colectivas y refuerzan la tradición transmitida por generaciones. Las crónicas en los medios locales reflejan que estos desplazamientos no solo expresan una dimensión espiritual sino también cultural, revalidando la identidad salteña y la cohesión social ante la adversidad.

El escenario climático también cobra relevancia este año debido a las altas temperaturas que se registran en Salta, con máximas que rozan los 35°C (95°F) según la cobertura de El Tribuno. Este detalle complejiza el trayecto de los caminantes, quienes enfrentan el calor intenso durante los últimos kilómetros y, en varios casos, deben recibir atención médica por golpes de calor o deshidratación. La Secretaría de Protección Ciudadana junto al Ministerio de Salud coordinaron la instalación de postas sanitarias a lo largo de los accesos principales para monitorear el estado físico de los peregrinos y asistirlos en caso de emergencias.

La movilización por la celebración de El Milagro, en una imagen de 2018 (Gobierno Provincia de Salta)

El operativo diagramado por la Municipalidad incluye restricciones en el tránsito vehicular en la zona céntrica y un circuito definido para el ingreso de peregrinos. El cronograma prevé que las columnas lleguen de forma escalonada, lo que permite una mejor disposición de recursos y evita aglomeraciones peligrosas en la vía pública. El acceso al casco histórico queda regulado desde avenida Hipólito Yrigoyen, San Martín y avenida Bicentenario de la Batalla de Salta, puntos donde la concentración de fieles comienza a incrementarse desde la mañana del viernes. De acuerdo con la información oficial publicada por el municipio de Salta, equipos de voluntarios distribuyen agua, alimentos y brindan orientaciones para canalizar el flujo de personas, mientras que policías y agentes de tránsito coordinan cierres y desvíos en los principales conflictos viales.

La significación de la festividad remonta sus orígenes al siglo XVII, cuando un fuerte sismo azotó la región y la población adjudicó su salvación a la intercesión del Señor y la Virgen del Milagro. Esta interpretación se sostuvo a lo largo del tiempo y fue consolidando una devoción colectiva, que derivó en la instauración oficial de la festividad cada 15 de septiembre. La conmemoración adquiere ribetes multitudinarios y evidencia un fenómeno social único en el país, reuniendo no solo a creyentes sino también a pobladores ajenos a la fe católica, quienes acompañan o resguardan a los peregrinos en su paso por diferentes localidades.

La hospitalidad se convierte en un signo distintivo de la fiesta. Vecinos y organizaciones barriales participan activamente en la contención de los caminantes, habilitando puntos de hidratación o recursos básicos.

El relato de los medios destaca que, pese al cansancio acumulado, la llegada a la Catedral se vive con emoción, cantos y plegarias. Familias enteras ingresan tomadas del brazo o portando imágenes, sumándose a la multitud que espera la bendición final.

El 15 de septiembre, día principal de la celebración, está marcada por la realización de la solemne misa presidida por las autoridades religiosas y la participación de representantes civiles.