Antes de su caída el martes pasado y mientras seguía prófugo por el triple crimen narco en Florencio Varela, Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido como “Pequeño J”, mantenía contacto con una de sus novias. En una de esas comunicaciones, le contaba que se encontraba “en guerra” y que temía que la situación le afectara a ella.
Infobae accedió a uno de los audios enviados por “Pequeño J” a su pareja cuando intentaba esquivar la captura. En el mensaje de voz, que encabeza esta nota, él le decía sobre su situación: “Sí, mi amor, pero escúchame. Espérame que arregle este problema, porque yo la verdad ando corrido, no ando ni en mi casa”.
“Ando en lugares lejos, y es feo porque me tengo que dejar humillar. Yo nunca me he dejado humillar por nadie. Llega el tombo, pum; llegan los tíos, me cobran, pa, pa, pum, me quitan mi plata, y se van…”, seguía contando el detenido, con un tono aparentemente calmo.
Ante la intención de ella para que se encontraran, Valverde Victoriano luego le explicaba por qué se oponía: “No quiero que tú veas lo que paso. ¿Entiendes? Yo te tengo que traer a ti cuando todo esté bien, no te tengo que traer a ti en guerra. No te quiero ver estresada ni triste, ¿viste?”.
La relación con esta joven resultó un punto central en la investigación. Ella se mantuvo en contacto con “Pequeño J” mientras él permanecía prófugo y aportó información clave para que finalmente lo detuvieran el martes pasado en Lima, Perú.
Fue el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, quien contó que la joven lo delató. El funcionario subrayó que todo comenzó con una pista que llevó a las autoridades al búnker del sospechoso en el Gran Buenos Aires. Era una casa alquilada que fue allanada el jueves pasado.
“Llegamos tres horas después que él se fuera del lugar. Casi lo agarramos en ese momento. Ahí encontramos mucha información y lo estuvimos esperando. No lo hicimos público porque había chances que él volviera a ese lugar”, dijo Alonso en una entrevista con TN.
En ese domicilio de Isidro Casanova, donde se encontraron documentos, una pistola, balas y ropa presuntamente de “Pequeño J”, la pareja del narco de 20 años habló con las autoridades y aportó los datos fundamentales para dar con él. Entre ellos, su celular.
“Obtuvimos el teléfono que estaba usando y lo pusimos en escucha directa. Así empezamos a tener, fundamentalmente, su ubicación a través de las antenas y tomamos conocimiento que él estaba emprendiendo su salida al país, íbamos siguiendo la ruta”, remarcó el ministro.
En el marco de estas tareas, la fuerza bonaerense además logró dar con el celular de Matías Ozorio, su mano derecha, que también tenía pedido de captura internacional y fue detenido horas antes que “Pequeño J” en Lima.
Tras detectar que ambos estaban cerca de la frontera, la fuerza bonaerense les dio los números a la policía antidrogas de Perú para que continuaran el seguimiento. Así, los agentes lograron escuchar que Ozorio se estaba comunicando con “Pequeño J” para coordinar un encuentro. Ambos sabían que estaban siendo intensamente buscados por el triple femicidio.
“Ellos (la policía de Perú) empezaron a rastrearlos allá. A su vez, como nosotros estábamos escuchando lo que ellos hablaban, identificamos su punto de encuentro. Fue el lugar donde detienen a Ozorio”, continuó Alonso.
Eso facilitó la tarea de los agentes peruanos para encontrar a “Pequeño J”, que seguía en comunicación con su mano derecha para encontrarse con él sin saber que ya estaba detenido.
Fue entonces que la policía le tendió una trampa: siguieron hablando con el narco simulando ser Ozorio para concretar el encuentro y así lograron ubicarlo y detenerlo.
Este viernes, “Pequeño J” enfrentará una audiencia de identificación y luego será alojado en un penal a la espera de la documentación pertinente para que se avance con la extradición. Se estima que el proceso demorará unos 60 días.