El relato del amigo de Julieta Prandi que la ayudó a escapar: “Nadie se imaginaba que estaba viviendo un calvario”

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Sebastián Waizer, amigo íntimo de Julieta Prandi y testigo en el juicio contra su exmarido Claudio Contardi, relató cómo ayudó a la modelo a escapar de la relación abusiva con el empresario, hoy condenado a 19 años de prisión por abuso sexual con acceso carnal agravado por causar un grave daño en la salud mental de la víctima.

En diálogo con el programa LAM, Waizer detalló que se enteró del calvario que vivía su amiga cuatro meses antes de que terminara el matrimonio, en 2019. “Era reaccionar y tomar medidas. Claro que se sufre, pero es más buscar una solución. Yo me paré frente a ella desde ese lugar”.

“A lo impulsivamente, la prioridad era sacar a Julieta de ahí”, relató, y explicó que le propuso a la modelo irse “con lo puesto” de la casa que compartía con Contardi. “No podés estar un minuto en esa casa. Yo sentí que tiré una soga y se le transformó la cara”, añadió.

El testigo del juicio describió al hogar de Prandi como “totalmente aterrado, bloqueado, frío” y “digitado por él”. En ese sentido, sostuvo: “Él se metió en su cabeza a un punto que ella corta la comunicación con la familia, sus amigos, sus colegas del espectáculo”.

Y agregó: “Nadie se hubiese imaginado que estaba viviendo un calvario, que se apagaba la cámara y le esperaba esta monstruosidad, de subir a un auto e irse a un cautiverio encerrada”.

Waizer fue testigo del juicio.

El pasado miércoles, día del veredicto en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de Zárate-Campana, Waizer habló con Infobae, momentos antes de la lectura del jurado.

“Hay muchas personas esperando este veredicto y, en algún punto, es la esperanza para muchas personas que no se animan. Julieta es la voz de muchas“, dijo, en ese momento.

Durante la breve entrevisya con este medio, detalló: “En esas situaciones, no es una decisión premeditada, organizada. En ese momento, es ‘vamos’. No hay mucho para analizar o reflexionar. Después vino lo legal, el asesorarse e informarse. En su momento, por supuesto, fue salir de ahí y armarse ella. Llevó mucho tiempo hasta que ella pudo empoderarse, enojarse, embroncarse y caer de lo que había vivido”.

La primera foto de Contardi, detenido.

El caso

La resolución de los jueces llegó tras un calvario de diez años. Si bien los abusos habrían ocurrido entre 2015 y 2018, la investigación se inició recién en 2021, a partir de la denuncia de Prandi ante la UFI N° 4 de Escobar.

Según el relato de la conductora, Contardi comenzó a controlar su vida tras mudarse a un country en Escobar: la alejó de sus seres queridos, no le permitía manejar e incluso la obligó a cambiar su número de teléfono.

Las violaciones comenzaron meses después, tras el nacimiento del primer hijo de la pareja. No obstante, ya había signos de agresiones verbales durante el embarazo del niño.

El sometimiento se intensificó tras el parto, ya que —según el relato de Prandi— él la tomaba del pelo y la forzaba cuando ella se negaba a tener sexo. “¿Estás con alguien, putita?”, le preguntaba. Para entonces, ella sentía náuseas cuando oía a su marido llegar a casa.

Según detalló la modelo, sus padres recién pudieron conocer al segundo hijo cuando el niño cumplió cuatro años. “Contardi hacía alarde de ser pai de la religión umbanda y con ello la obligaba a que le diga, minuto a minut, o lo que había hecho en el día, refiriéndole que si ella no sabía, que él podía averiguarlo y desplegaba sus cartas sobre la mesa”, indica un fragmento del expediente.

Entre las agresiones verbales denunciadas, se incluyen frases como “Si fueras hombre, no te dejo un solo hueso sano” o “No vas a cumplir más años, vas a recibir una corona”. También le hablaba de “escribir su testamento” y la convenció falsamente de que tenía “un cáncer en el estómago”.