Detuvieron al tercer sospechoso del crimen del hombre hallado desnudo y atado en su casa de Villa Domínico

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Un joven fue detenido en las últimas horas como tercer sospechoso por el asesinato de Miguel Oscar Di Gioia, el hombre de 62 años que fue hallado maniatado y sin vida en su casa de Villa Domínico en marzo pasado, en un ataque bajo la modalidad de viudas negras.

El detenido es Damián Giuliano Capurro, de 25 años, quien fue encontrado por la Policía de la Ciudad en el barrio porteño de Constitución, tras una investigación de la DDI de Avellaneda. Era buscado desde agosto, después de que revelaran transferencias bancarias y extracciones que lo vinculaban directamente con el robo ocurrido durante el crimen.

Damián Capurro tras ser detenido

El hecho comenzó el 7 de marzo, cuando los vecinos del barrio de Villa Corina, en la localidad de Villa Domínico, partido de Avellaneda, denunciaron un fuerte olor en la cuadra y la policía local entró a la casa de la víctima por la parte trasera, que no estaba cerrada con llave.

El cuerpo de Di Gioia apareció desnudo y atado con una corbata, al costado de la cama, en estado de descomposición. Al inspeccionarlo, los forenses de la Policía Científica determinaron que Carlos había muerto hacía días, en medio de una ola de calor típica para la época.

Dentro de la vivienda ubicada en Centenario Uruguayo al 1300 había gran desorden, aunque una empleada doméstica que trabajaba en el lugar declaró luego que ese estado era frecuente en la casa, que coincidía con el estilo de vida de la víctima.

Un dato que llamó la atención de los investigadores fue que no se encontraron signos de violencia en las aberturas. Eso les hizo suponer que Di Gioia conocía a quienes entraron a la propiedad. Así, la hipótesis de un posible ataque de viudas negras comenzó a tomar fuerza.

La zona donde ocurrió el crimen en marzo pasado

La investigación estableció luego que el teléfono de la víctima, tras el ataque a Di Gioia, registró movimientos sospechosos en la zona de Flores y fue usado para transferir más de cinco millones de pesos hacia una cuenta a nombre de un hombre. En un informe proporcionado por la compañía telefónica que usaba la víctima también aparecieron extracciones vía Mercado Pago.

A eso se le sumaron los resultados del relevamiento de cámaras municipales en cercanías al domicilio donde ocurrió el homicidio. Las imágenes muestran la llegada de dos mujeres al lugar, seguidas por dos hombres que, más tarde, retiraron objetos y los colocaron en el auto del propio Di Gioia, un Ford Fiesta que abandonaron a pocos metros, para continuar la fuga en un Volkswagen Polo.

Los detectives de la DDI de Avellaneda, en colaboración con agentes de la Policía Federal Argentina, pudieron identificar a las dos mujeres y a Capurro. Con las órdenes de detención en mano, fueron a buscarlos a mediados del mes pasado.

A Iara Grisel L., de 20 años, la detuvieron en un departamento del Bajo Flores, en la Ciudad de Buenos Aires. Una segunda sospechosa, una mujer de 51 años cuya identidad no trascendió, fue arrestada en una vivienda de Ingeniero Budge, en el partido de Lomas de Zamora.

La joven de 20 años detenida por el caso

Faltaba Capurro, pero en los otros cuatro allanamientos -dos en domicilios de Morón, uno en Avellaneda y el restante en otro de CABA- no pudieron hallarlo.

Así, permaneció prófugo hasta este viernes, cuando agentes de la Comisaría Comunal 1C de la Policía de la Ciudad lo localizaron y capturaron en Constitución.

En otra investigación a una banda de viudas negras, las autoridades detuvieron a más de diez personas, todas de nacionalidad colombiana, que alternaban entre robos domiciliarios y de autos.

La más conocida de las viudas colombiana es Heidi. Infobae contó a principios de agosto que la detuvieron cuando intentaba dejar el país por un cruce fronterizo de la provincia de Jujuy con un pedido de captura sobre su cabeza después de haber engañado, drogada y robado a un hombre de 37 años: se llevó hasta el carnet de socio de un club de fútbol.

Pero Heidi no andaba sola seduciendo hombres por la Ciudad de Buenos Aires. Su pareja la custodiaba; y su hermana, Daiana, y L., que se hacía llamar “Yeimi”, eran las otras dos viudas con las que se repartía los golpes, en base a lo que cree la Justicia y a lo que pudo acceder este medio.

Los investigadores creen que todavía hay prófugos e incluso más víctimas aún no identificadas.