Fue colectivero, llevó al Puma Martínez a la elite y busca revolucionar el boxeo argentino: Rodrigo Calabrese, la mente detrás del campeón

0
4

Rodrigo Calabrese en una producción de fotos en la Línea 29 de La Boca, donde fue chofer por casi dos décadas, junto al Puma Martínez en la previa de la histórica pelea frente a Bam Rodríguez por la unificación de los títulos de peso supermosca de boxeo (Foto: Gastón Taylor)

Nadie logró los cuatro cinturones en Argentina. Vamos en busca de eso y de revolucionar el boxeo argentino. Hay que cambiar la mentalidad, es difícil, pero toda la gente que nos quiera acompañar va a hacer historia con nosotros».

La frase, pronunciada con convicción por Rodrigo Calabrese, entrenador y máximo responsable de la exitosa carrera deportiva de Fernando «Puma» Martínez, condensa la magnitud del desafío que enfrenta el boxeador oriundo de La Boca de cara a su próxima pelea ante Jesse “Bam” Rodríguez, por la unificación de los títulos de peso supermosca CMB, OMB, AMB y The Ring. El objetivo no es solo deportivo: se trata de una apuesta por el cambio estructural en el boxeo nacional, una transformación que va mucho más allá de la conquista de títulos y se proyecta hacia la profesionalización y el reconocimiento internacional del deporte en el país. En diálogo exclusivo con Infobae, el entrenador, que viene de ser reconocido en la Legislatura Porteña y se posiciona entre los mejores de la historia en su rubro, detalla la estrategia, las dificultades y la visión de futuro que acompañan a este momento decisivo.

El vínculo entre Calabrese y Martínez se forjó hace más de una década, en un contexto donde la familia, el barrio y el boxeo se entrelazaban de manera inseparable. “Fue como un amor a primera vista con este pibe”, recuerda Rodrigo, quien no dudó en abandonar su profesión como colectivero de la Línea 29, que le brindaba seguridad y estabilidad económica, para perseguir su gran sueño: el de ser boxeador, y luego, perfeccionarse como entrenador. Él siempre fue un apasionado por el deporte de los puños, incluso llegó a practicar taekwondo porque le “gustaba pelear”. Durante esta etapa fue un confidente en la vida del Puma Martínez, en especial de su padre, quien murió tras luchar contra una dura enfermedad y nunca dejó de confesarle que su hijo iba a ser campeón mundial. En este momento en el que Fernando más lo necesitaba, allí estuvo Rodrigo para primero guiarlo en la vida y, a partir de ello, catapultarlo a la elite del boxeo mundial.

Puma Martínez viene de defender su título mundial en Japon frente a la leyenda Kazuto Ioka

Calabrese evoca aquellos inicios de la relación, cuando Fernando Martínez apenas tenía 16 años y ambos compartían viajes en colectivo junto a familiares y amigos para asistir a los entrenamientos. “Agarrábamos a toda la familia, la subíamos al bondi y nos íbamos con toda la banda a verlo. Yo trabajaba en el colectivo y tengo muy lindos recuerdos de Fernandito, a quien siempre admiré”, destaca. La historia personal de Rodrigo también está marcada por una tradición familiar, en este caso en la Línea 29, ubicada en el corazón de su ciudad natal, República de La Boca. Su abuelo fue presidente y su padre continúa trabajando desde “hace mil años”. Todo esto añade una dimensión emocional a su labor. “Ya no es lo mismo que antes en el sentido de las peleas, ya las sufro más. Cuando hay un sentimiento, ya las sufrís”, confiesa, aludiendo a la intensidad afectiva que atraviesa la relación profesional y personal con el boxeador.

La preparación para la próxima pelea, que podría consagrar a Martínez como el primer argentino en obtener los cuatro cinturones, estuvo marcada por obstáculos y una planificación meticulosa. Como él lo reconoce, Calabrese se caracterizó por ser un “cabeza dura” que fue lo que le permitió alcanzar todos los logros, aun cuando pocos confiaban. Por ello, de cara al nuevo desafío y con muchos más recursos que antes, la estrategia contempla una preparación física intensa en Argentina, aprovechando la infraestructura local —cámaras hiperbáricas, piletas, gimnasios— y una estadía de casi dos meses en Las Vegas, donde contarán con dos sparrings fijos, uno por mes, además de sesiones con boxeadores locales. El plan incluye también la posibilidad de realizar parte de la preparación en Arabia Saudita, gracias al interés de un sponsor internacional que ya ha iniciado gestiones en el país.

La dimensión empresarial y mediática ocupa un lugar central en la visión de Calabrese. Como responsable además de la empresa CMP (Chino Maidana Promotions), sostiene que el boxeo argentino necesita adoptar el “glamour” y la organización que caracteriza a los grandes espectáculos deportivos de Estados Unidos. “Hay que cambiar la mentalidad del boxeo argentino, tiene que ser prolijo, como lo es la Fórmula 1, la NBA y el fútbol”, afirma, y detalla que la estructura que está construyendo busca atraer marcas y sponsors, profesionalizar la gestión y garantizar transparencia en la administración de recursos. “El evento que hicimos con ESPN en el Sur nos salió fortuna, y no había necesidad de hacerlo con tanta inversión, pero traté de brindarme al espectáculo a pleno con todo lo que podía”, explica, subrayando la apuesta por la calidad y la visibilidad.

Puma Martínez celebra en Japón la defensa de su título mundial ante Ioka por el peso supermosca de la AMB, junto a Rodrigo Calabrese y Pileta Maidana

La experiencia acumulada en el circuito internacional fue clave para comprender las diferencias entre el boxeo argentino y el de primer nivel. Calabrese relata que, durante una reciente conferencia de prensa en Nueva York, quedó impactado por el nivel de organización y profesionalismo, y se propuso replicar ese modelo en el país. “Quiero traer un poquitito de allá acá. Cuesta, no es fácil, capaz vamos a tardar un par de años, pero esa es mi cabeza”, sostiene. La tarea, reconoce, implica superar resistencias, negociar con sponsors y medios, y romper con prácticas arraigadas que han limitado el desarrollo del boxeo local. “Cuando ofrecía a él diez años atrás, decía ‘mirá que este va a andar, este es un fenómeno, está para grandes cosas’, ahora te digo lo mismo. Considero que el nivel en el que está Fernando se merece esa clase de espectacularidad. Mi boxeador está a punto de hacer historia y ser el mejor de todos. Nosotros estamos para cambiar el boxeo argentino, cuando lo logremos se van a dar cuenta”.

El camino no estuvo exento de dificultades. Calabrese recuerda los rechazos y las puertas cerradas que enfrentaron en los inicios, cuando muchos promotores y empresarios preferían apostar por otros boxeadores. “A nosotros nos cerraron puertas en la cara todo el tiempo”, relata, y destaca que el éxito actual es fruto de la perseverancia y el trabajo conjunto. La relación con el Puma Martínez, describe, se ha transformado en una sociedad de cuidado mutuo: “Yo lo cuido a él, pero él me cuida a mí. Él no se da cuenta, pero en un montón de gestos me cuida a mí. Esa es la fórmula para los logros”.

La proyección internacional de Fernando Martínez es otro de los ejes del proyecto. Rodrigo Calabrese enfatiza que el boxeador es respetado en México, Estados Unidos y Japón, y que el objetivo es lograr que ese reconocimiento se traduzca también en Argentina, con una mayor difusión mediática y la posibilidad de transmitir la pelea por un canal de aire. “Estamos negociando y cómo se puede lograr, es muy difícil, pero no imposible”, admite, e insiste en la necesidad de aprovechar el momento para abrir nuevas oportunidades comerciales y de imagen, tanto para el boxeador como para el deporte en general. “Yo el día de mañana quiero que él tenga su jubilación y siga ganando dinero fuera de que se tenga que golpear. Como el Chino (Maidana), que es el único que va a todos lados y la sigue rompiendo. Porque te puedo asegurar que al resto no le dan bola afuera”.

Rodrigo Calabrese junto a su padre, chofer y socio de la Línea 29 (Foto: Gaston Taylor)

El entrenador reconoce que el éxito de Martínez puede abrir un abanico de posibilidades: presencias internacionales, eventos, espectáculos y el desarrollo de una marca personal que trascienda el ring. “Mi visión es más empresarial y aunque no puedo adelantar mucho, todo apunta a eso”, explica, y subraya que el objetivo es construirle una carrera sostenible y exitosa más allá de la etapa competitiva, además de impulsar el deporte nacional.

La revolución que Calabrese propone para el boxeo argentino implica romper con viejas estructuras y prácticas. “Por eso estoy convencido que se puede llevar una revolución acá, se afanaban todo, les daban un número determinado para hacer un evento grande y te lo arman con menos de la mitad y te hacen una porquería”, denuncia, y celebra haber logrado eliminar intermediarios y prácticas desleales en la gestión de la carrera de Martínez. “Ese vínculo que nosotros ahora tenemos con los número uno se lo ganó a pulmón y a las piñas, con sacrificio. Él es el que pone la cara, pero yo estoy atrás para cuidarle todo ese lío”.

En este sentido, Puma Martínez añade su visión y también destaca la figura de su entrenador: “Estoy muy orgulloso de Rodri porque nadie llega a concretar las cosas con los número uno. Acá les cierran las puertas a todos, porque cuando les dan un presupuesto para un evento de por ejemplo 500 lucas, lo hacían con 50 y no debe ser así. Eso la gente de afuera lo sabe, por eso les cierran las puertas a todo el mundo y no llega nadie. Y que haya llegado Rodri, o nosotros, y que nos hayan abierto las puertas es porque saben que nuestro trabajo es honesto y de sacrificio, y que no queremos cagar a nadie. La verdad que me siento muy orgulloso con él por todo eso”.

Rodrigo Calabrese es el entrenador del Puma Martínez, actual campeón mundial de boxeo peso supermosca de la AMB (Foto: Gaston Taylor)

El desafío inmediato es lograr que la próxima pelea de Fernando Martínez, que podría ser transmitida por una importante cadena deportiva internacional para la Argentina, marque un antes y un después en la historia del boxeo nacional. “Estoy juntando un grupo grande que va a dar de qué hablar. Toda la gente que nos va a acompañar va a hacer historia con nosotros. No tengo dudas de que lo harán con la pelea”, anticipa Calabrese, quien se encuentra en negociaciones con medios de México, Estados Unidos y Japón para asegurar la máxima difusión del evento. La expectativa es alta, tanto como la ambición de Rodrigo, que no dudó en abandonar el colectivo cuando eran muchos los que le decían que estaba loco. “Todos quieren ganar plata, pero el problema es si ese es tu único objetivo. Yo quiero ser grande con todo, con Fernando, como promotor y para revolucionar el boxeo argentino”.